Han sido pocas las veces que me han pedido presentar un libro o hacer una nota. Es de esperarse que si haces la nota presentas el libro, no es una regla general pero casi siempre es así, Aquí van dos notas recientes,la primera es del primer libro de poesía de Oscar Perlado, un libro que esperé por largos años "Cárcel de palabras". El segundo es de uno de los últimos libros de Jorge Ureta Sandoval llamado "Desde el zoológico"
Manifiesto clown
"el falso lugar del corazón..."
Carlos López Degregori
Ahora sé que tal vez los clown llevan el corazón en la nariz y con justa razón,  sus narices como bombillas iluminadas pueden repartir felicidades, son como bichitos de luz titilando alrededor de quien los necesite. Es más quizá todos seamos bichitos payasos, "moneditas de oro", un poco de risa en la oscuridad, queremos que nos abracen o abrazar, somos seres frágiles que caminan por pasillos que dan al mar.
Quizá Celeste en éste manifiesto clown que es el libro haya declarado sin querer por vez primera que todos estuvimos equivocados, con un falso lugar donde llevar el corazón, nunca hubiera pensado que  el mío estuviera en un lugar invisible, al fin y al cabo  todos somos un poco clown.

Esto quiere decir que el beso más verdadero y reparador es el de los esquimales, la inocencia de los animalillos salvajes. Nariz con nariz, mitad con mitad. 




Chico Perla encarcelado

En Oscar Perlado o "Chico Perla" como alguna vez lo nombré,  existe la ilusión de convertir una piedra en nube, hay una extraña y tierna alquimia con las palabras, que parecen transeúntes o "seres que se parecen a las palabras".  Una visión de darle nombre a cada cosa como si fuera nueva, "qué hermosa la poesía que puede tocar la rosa sin tocarla diciendo que es una mano una ballena o una mariposa" o también cambiar el significado que conocemos, de pronto si la próxima rosa que vea no fuera un cachalote,  tendré que volver al poema para poder verla.

“las cosas están hechas de piedras y no las piedras de cosas”, podría ser el haiku en medio de la espesura, con este verso podría empezar la escuela de filosofía de las piedras y las cosas. Menos es más. Y es precisamente bajo ese concepto que el título del libro le da orden a las palabras que parecen soltadas en el papel por azar. Las palabras se van ordenando al leerlas, pero uno puede leerlas al revés o en el orden que se le antoje. Por ejemplo: “la felicidad es el momento infinito…y el recuerdo nos quedó como un dulce interminable que cupo en nuestro bolsillo a pesar de no caber”, podría ser también, “la felicidad cupo en nuestro bolsillo a pesar de no caber” o “la felicidad interminable es el momento que nos quedó” y así hasta filtrar la poesía y volverla  poema vivo que camine y nos tome de la mano.




El Elefante Humanizado


¿Qué pensará el elefante si supiera que el autor y no sólo él, quizá todos nosotros quisiéramos ser un rato como él?
Lo imagino muy humano sentado a la mesa, leyendo poemas con Borges, Benedetti, Cortázar y Vallejo; con su voz de poeta adolescente, hablando trivialidades, diciéndole a César por ejemplo “el amor te sorprende así como la muerte”, a lo que César respondería tal vez “tus ideas neoliberales te lo impiden”. “Debe ser difícil ser poeta, a lo mejor también es difícil ser elefante” dice Julio con la barba crecida, y tú le dirías “por supuesto, los gallos no cantan en Lima por la humedad”, Jorge Luis desconcertado, “un elefante consta de infinitos puntos”.
Como todo paquidermo humano, ha tenido la necesidad básica del sufrimiento, el dolor de la realidad corrompida, la del sol sobrevolado por moscardones con corbata. Como buen paquidermo las ecuaciones románticas lo angustian, la ciudad no es una jungla, debe ser algo peor. “De las bombas atómicas, de los misiles, y de las armas en general”, éste verso me lleva a la fuerza equivocada, el primer libro de Jorge Ureta, donde hay desolación, muerte y la ilusión de que se terminen las guerras reales de los hombres humanos.
Es que puede ser que éste zoológico sea un drama con un director empecinado en que todo tiene que ser poesía, sin darse cuenta que la vida no lo es, la vida va más allá. En su significado más sencillo, me sigue cuestionando el caso de que el elefante o su voz sea la verdadera, que es la encargada de pasar a limpio la vida de Jorge, ¿se han puesto a pensar en eso?  “no he podido recitar para mil personas”,  no tengo la certeza si fue ese día, y si habían mil personas, pero sé de alguna vez cuando se  cayó el libro que estaba leyendo y sus primeras palabras atropellaron a las demás, estaba nervioso pero era un elefante parado en el estrado mirando a Reynoso y a Hinostroza que eran las estrellas aquel día, pero él era el elefante humanizado o lo iba a ser después, o no lo sabía pero alguien estaba escribiendo el guion. Si es así, a lo mejor mi vida la escribe un pollo fashion, somos el boceto, el dibujito de alguien que suponemos conocer. ¿Por qué un elefante y no un puma o un tigre, un animal más rápido?,  ¿Por qué no un león o un coleóptero iridiscente?
Si alguna vez observan un elefante entrando a una burbuja o una piedra para confesarse con el más pequeño de los animales, es porque se trata de éste libro, rodándose, haciéndose realidad. O será que al final todo somos mamíferos paquidermos y además adolescentes.
“Bienvenidos a la jungla” con el fondo de la guitarra de Slash.




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